Todos hemos oído hablar de un ser fabuloso originario de la mitología
griega, que habitaba en el mar y su canto enamoraba y volvía locos a los
marineros. Nos estamos refiriendo a
bellas mujeres, con largos cabellos y una cola de pez por extremidades
inferiores. Son las sirenas.
Historias de sirenas hay muchas, pero hoy nos olvidaremos de ellas y nos centraremos en el
macho de la especie; y de paso comenzamos a cumplir nuestra promesa de contar algunas leyendas de Cádiz.
Nos estamos refiriendo en
concreto al hombre pez de Leiganes, apodo de Francisco de la Vega Casar
y que es un ser legendario de la mitología de Cantabria.
La primera referencia escrita a este ser la encontramos en el volumen
VI del Teatro Critico Universal de Fray Benito Jerónimo Feijoo. Posteriormente
José María Herran escribió un libro sobre el tema (Santander 1877). La historia
comienza en Bilbao en 1674 cuando Francisco, originario del pueblo de Leiganes,
le dice a su mujer que se va a nadar y desaparece; dejando una viuda y cuatro
hijos.
Cinco años después, en 1679, pescadores de Cádiz afirman ver en el mar
a un ser con forma de hombre que parece un pez, repitiéndose esa visión varias
veces. Pasado unos días, con ayuda de pan y unas redes consiguen engañarlo; lo
capturan y trasladan al convento de San Francisco en Cádiz capital. Dicen que
su cuerpo tenía escamas y forma de pez.
No pueden hacerlo hablar y ese supuesto pez humano solo decía
“leigganes”, hasta que con la ayuda de una persona de Cantabria que estaba en
Cádiz y el inquisidor averiguan que se estaba refiriendo a una localidad de esa
comunidad.
El hombre pez acaba viviendo con su madre y dicen que siempre estaba
desnudo y apenas hablaba. Esta historia forma parte de las muchas leyendas de
Cádiz, al igual que de Cantabria donde se originó.
Muchos gaditanos la desconocen. Sirva esta entrada para hacerla llegar
a nuestros compatriotas interesados en conocer más sobre nuestra historia.
No es Leiganes,es Lierganes
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