Durante la madrugada del 5 de diciembre de 1868 comienzan a
correr rumores en Cádiz en el sentido de que la población de El Puerto de Santa
María se ha sublevado, ha tomado las armas y se está enfrentado a la guarnición
de la ciudad.
Los gaditanos alterados se concentran en la Plaza de San Juan
de Dios y sus alrededores. Y cuando sobre las 2 de la tarde llegan a la plaza
dos piezas de artillería y dos compañías procedentes de los cuarteles de San
Roque y Santa Elena con el objetivo de embarcar con destino a El Puerto, los
congregados al grito de “a las armas” impiden la salida de las piezas de artillería
y las dos compañías.
Este suceso, que durará del 5 al 8 de Diciembre de 1868, es
conocido como “los tiros de Cádiz”. Las cifras oficiales hablan de 53 muertos y
195 heridos entre la población y los militares.
Los gaditanos asaltan el ayuntamiento y se hacen con el
arsenal de un batallón del ejército que se encontraba depositado allí. Montan
barricadas y esperan la llegada del ejército que es recibido a tiros.
El Gobernador Militar de Cádiz declara el estado de guerra en
toda la provincia y el Gobernador Civil se opone a ponerse bajo sus órdenes,
tomando partido por la población gaditana
Dias antes Manuel Rancés y Villanueva, marqués de Casa
Laiglesia, es nombrado Embajador de España en Viena, y antes de tomar posesión
de su cargo se desplaza hasta Cádiz al objeto de despedirse de su familia.
Fue el encargado de mediar entre el ejército y la población y gracias a su mediación se alcanza una tregua. Es nombrado de forma provisional Gobernador de Cádiz, al objeto de sanjar el asunto. Ocupó el cargo durante cinco dias.
Que mejor que ilustrar esta entrada que con una fotografía de este gaditano.
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